La industria de los alimentos precocinados tiene ante sí un horizonte en el que confluyen diversas opiniones dentro del plano de la opinión pública.
Mientras que, según encuestas fechadas en 2016, el 70% de los españoles afirmaba que los alimentos precocinados no formaban parte de su dieta habitual, tanto la ASEFAPRE (Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados) como el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) coinciden en un incremento del consumo.
Concretamente, el volumen de ventas estipulado en septiembre de 2017 ascendió a 627 millones de kilos, implicando unos incrementos de entre el 6,1 y del 5,5% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Estas cifras nos ilustran un claro aumento en los índices tanto de venta como de consumo, lo que nos lleva a una situación alcista del mercado.
Sin embargo, si nos ceñimos a la comunicación digital, es evidente que esta industria no cuenta con las mismas facilidades que se relacionan con otro tipo de mercados de gran popularidad, como la comida fresca, vegana, vegetariana o healthy.
Por ello, y para conseguir aunar una presencia digital óptima, es necesario que las empresas que conforman la industria de los alimentos precocinados tomen las riendas en cuanto a términos comunicativos se refiere.
En el post sobre la presencia digital en la industria ya pudimos comprobar cómo referentes del sector realizaban grandes esfuerzos e inversiones en fortalecer un vínculo con causas sociales, como la desigualdad de género, el fomento de hábitos saludables y políticas comprometidas con la RSC en general.
Y es que, pese a que ciertas empresas no le dediquen los recursos suficientes, la comunicación online es determinante de cara al éxito o fracaso de una marca.
Uno de los mayores errores que se puede cometer en el mundo digital es dirigirse a un público de manera general y amplia, ya que cada consumidor tiene unas necesidades y peculiaridades diferentes. Si queremos llegar a ellos, tenemos que personalizar nuestra comunicación.
Para ello, debemos analizar quiénes son nuestros compradores, incluyendo rango de edad, sexo, situación familiar, trabajo/estudios, condiciones sociales y económicas, etc. de manera que podamos llegar a conocer qué inquietudes tienen, qué necesidades o problemas necesitan ser solventados y cómo nuestra marca podría ser la elegida para ello.
Además, debemos concretar a qué tipo de público queremos llegar y si ambos perfiles (consumidores reales y potenciales) coinciden. Ojo, cuando hablamos de crear un buyer persona no nos estamos refiriendo a que sólo nos compre un perfil concreto de usuario.
En lo que queremos incidir es en que se pueden crear tantos buyer personas como diferentes perfiles tengamos. Si un perfil en concreto se repite de manera habitual, entonces podemos estar hablando de un buyer persona principal.
Por ejemplo, supongamos que en nuestro caso es Alejandro, varón de 40 años, soltero, jefe de compras de un importante supermercado e interesado en adquirir productos precocinados saludables y variados. Además, a la hora de comprar, sólo se deja llevar por el precio, ya que desconoce la mayor parte de las marcas y cree que “todos los precocinados son iguales”.
Fomentar el branding es totalmente necesario si queremos crecer en torno a un grupo de seguidores fieles. Para ello, las redes sociales son imprescindibles como medio para divulgar y compartir información.
Sin embargo, cuidado con crear muchas sólo porque estén de moda. Abre cuentas en sólo las que sean más acordes a tu negocio y tus recursos.
Por ejemplo, si sólo cuentas con un Community Manager, es muy complicado que pueda establecer una línea comunicativa eficaz si tiene que llevar seis redes sociales, con sus distintas características y adaptaciones al lenguaje e interacción. Es mejor dos redes sociales trabajadas y con actividad frecuente que cuatro desatendidas.
Si tenemos nuestro buyer persona definido, pongamos el caso de Alejandro, tenemos que tratar de llegar a él a través de una información valiosa, que le aporte datos que desconozca y que puedan interesarle por afinidad.
Algunos ejemplos pueden ser post de recetas sanas basándose en precocinados o en la labor social que tu marca realiza, mediante el patrocinio de alguna actividad, agrupación o asociación. Es muy importante que el contenido sea de calidad, atractivo y, en este caso además, informativo.
En este caso convendría, además, huir de un lenguaje demasiado informal, ya que precisamente buscamos convencerle a través de una imagen seria, profesional y comprometida.
Este paso es imprescindible de cara a orientar futuras acciones. Previo establecimiento de unos indicadores o KPIs, debemos analizar el impacto, alcance e interacción que han tenido nuestras publicaciones en redes. ¿Cuántas visitas ha recibido mi blog o mi web?, ¿por qué un post ha tenido tantas y otro tan pocas si son similares?
En definitiva, podemos establecer que, independientemente del tipo de productos que se comercialice, empezando por establecer a quién queremos dirigirnos para luego centrarnos en cómo podemos solucionar sus necesidades y a través de qué medios.
Las redes sociales, además de para divulgar, son un canal idóneo para la atención al cliente, pieza clave en el camino de la fidelización o creación de una marca.
Y es que, hoy en día, en el ámbito digital, las técnicas de saturación masiva ya no funcionan. Una estrategia de comunicación eficaz pasa por recurrir a un marketing de atracción. ¿Quieres saber cómo implementarlo?