Seguro que muchos de vosotros ya sabéis lo que es el SEO y lo que conlleva, pero para los más principiantes y los que no estén familiarizados con el concepto, os traemos la siguiente definición:
El SEO (Search Engine Optimization) u optimización en los motores de búsqueda es un proceso mediante el cual se realizan una serie de cambios en la estructura de la información de un sitio web y acciones fuera de la misma, con el fin de mejorar la visibilidad de la página y obtener a través de esto mayor tráfico por parte de los usuarios.
La estrategia de SEO puede ir por dos vertientes, el SEO on-page y el SEO off-page. El SEO on-page es todo el proceso de optimización que se realiza dentro de la propia página web. En cuanto al SEO off-page, como su nombre indica, es el proceso de optimización que se realiza fuera de la web, como por ejemplo, el Link Building.
En este post vamos a centrarnos en la optimización SEO on-page y veremos los factores más importantes a tener en cuenta para tener a punto nuestra web y que empiece a tener visibilidad en los motores de búsqueda y que nos proporcione tráfico orgánico para poder cumplir los objetivos que nos hemos propuesto.
Para comenzar a desarrollar cualquier tipo de acción SEO es necesario realizar un estudio de palabras claves, ya que va a ser la base tanto para estrategias de posicionamiento orgánico como para campañas de SEM.
Por ello es necesario definir nuestros objetivos y la situación actual de la página web, y a partir de ahí tomar decisiones. Para empezar es primordial estudiar a la competencia, ver su situación, que es lo que le está funcionando y que no. A través de las diferentes herramientas SEO como Semrush o Sistrix podremos sacar los datos de la competencia y conocer las keywords que mejor tienen posicionadas.
A través de ahí podremos conseguir keywords similares, a través de palabras clave relacionadas. Nos podemos ayudar con una herramienta bastante útil como el Planificador de Palabras de Google Adwords.
A la hora de seleccionar este tipo de keyword deberemos saber qué tipos hay y cuáles pueden aportarnos más:
Una vez obtenida las keywords que queremos posicionar tendremos ya la base para desarrollar nuestra estrategia de SEO on-page.
Como metadatos debemos entender cada uno de los datos de la web, ya sea el título, metadescripción y las metakeywords. Cada una de las páginas de la web tiene sus propios metadatos, por lo que hay que realizar una optimización de cada una de ellas.
La optimización de los metadatos se realiza a través de código HTML, sin embargo, la mayoría de los CMS contienen pluggins que facilitan la inserción de éstos.
Este tipo de etiquetas son herramientas que sirven para decirle a Google de qué va nuestra web. Aunque ya no es tan importante como antes, facilitamos la indexación en buscadores para saber de qué va una página en concreto.
<H1> Es la etiqueta más importante, y por ello indicamos el título del contenido de la página. Igual que pasa con los metadatos, aquí cada una de las páginas de la web tiene etiquetas diferentes, dependiendo de la sección.
<H2> Con esta etiquetas podemos seleccionar los títulos de las subsecciones del contenido.
<H3> Aquí vamos a indicar los títulos de los subapartados. Cuanto más grande sea el número de la etiqueta, menos importancia le estaremos dando. Aún así, recordemos que hay que ser natural y no podemos cargar la página con muchas etiquetas; eso es sobreoptimizar y si hay sobreoptimización hay penalización.
Las estructuras de las urls de nuestra web deben estar cuidadas, deben ser urls amigables y contener la keyword principal que queremos posicionar.
Un ejemplo de una url amigable es: http://www.tiendaderopa.com/vestidos/vestido-blanco
Por el contrario, un ejemplo de url no amigable sería: http://www.tiendaderopa.com/3345%34vodrpo
Por otro lado, debemos de consolidar los dominios con y sin WWW, ya que debemos evitar la duplicidad, a través de redireccionamiento 301 y debemos de comunicar en Google Search Console cuál es el dominio preferente.
Ahora supongamos que tenemos dos urls para una página con el mismo contenido. Imaginaos que tenemos un ecommerce de moda, y un vestido igual tiene dos colores diferentes. En este caso el contenido es el mismo, con la salvedad de que son colores diferentes. Para evitar duplicidad en contenidos, es necesario hacer uso de la etiqueta rel=canonical. Debemos elegir cuál de las dos páginas es la prioritaria, y una vez que lo elijamos es sencillo, nos vamos a la otra página e insertamos el código HTML para indicar que debe ignorar esa página en la indexación, y que no nos penalice por duplicidad.
Por último, en cuanto a estructuras de urls, necesitamos crear un Sitemap donde estén todas las direcciones que integran el dominio web. Si subimos el Sitemap a Google Search Console, ayudaremos a Google a localizar más fácilmente las páginas, y a distinguir las urls canónicas del resto.
Las imágenes también se posicionan y pueden traernos tráfico a nuestra web, siempre que estén bien optimizadas. Aquí entra en juego el Atributo ALT, uno de los elementos más importantes a optimizar. El ALT es el texto alternativo y es lo que utilizan los buscadores para saber lo que muestra una imagen, ya que hasta el momento es la única forma que los robot lo codifican.
Además también entra en juego el tamaño de la foto, puesto que esto afecta al tiempo de la carga de la web. De este aspecto hablaremos en el punto posterior.
En el nombre del archivo también hay que incluir la palabra clave para que se indexe más fácil. Un ejemplo:
CORRECTO: tarta-de-chocolate.jpg
INCORRECTO: img349348325.jpg
El tiempo de carga puede afectar a nuestra estrategia SEO, pero sobre todo a la experiencia del usuario. Recuerda que Google no quiere que hagas una página de cara al SEO perfecta, si no que te centres en dar lo mejor para el usuario. A través de herramientas como Google Site Speed podemos calcular la velocidad de página e incluso nos dará consejo para realizar mejoras.
También debemos tener en cuenta los servidores en el que esté alojada nuestra web, ya que no es todo optimización de la propia página.